Sergio Valverde Castillo

SERGIO VALVERDE CASTILLO

En el año 2014 tomé una decisión que cambiaría mi vida de forma importante, aprender a hacer guitarras de artesanía, ¿por que no? Me encantaba la guitarra y me encantaba trabajar la madera, tenía a mis espaldas 15 años de experiencia como ebanista, podría salir bien.

Estuve buscando un buen maestro, no era fácil entonces, busqué por Madrid, Barcelona, Valencia…..pero el mejor no estaba en ninguna de esas ciudades, estaba mucho más cerca, que suerte! , en la costa de Granada, a tiro de piedra de mi pueblo.

: Sergio

: Rosette by Sergio on the course

: The other course students 2014

Una mañana de invierno temprano (aún no había salido el sol) salí de mi casa abrigado hasta las orejas, La Alpujarra granadina es una tierra extrema y tomé rumbo a la costa en busca del maestro Stephen Hill. Cuando llegué a La Herradura aparqué en frente de la playa, una vista preciosa con el sol ya bien posicionado, al bajar de la furgoneta pude sentir en la cara el aire cálido y el aroma marino, al tiempo que dos abuelos me observaban sentados en un banco frente al mar; era el paraíso, fue un antes y un después en mi vida, sin ninguna duda.

Stephen Hill me enseñó a hacer guitarras con las manos y con el alma, me enseñó a pensar por mi mismo y a buscar siempre la forma de mejorar el resultado, gracias a él aprendí que transmitir el conocimiento es bueno, compartir experiencias entre guitarreros engrandece este oficio y nos beneficia a todos, él nunca se guardó ningún secreto, lo sé porque eso se sabe después, cuando ya llevas varios años dedicándote a hacer guitarras.

Después, conforme iba trabajando en mis guitarras me iba dando cuenta de que había merecido la pena pagar hasta el último euro por hacer ese curso, me di cuenta de que había salido de allí preparado para hacer guitarras de la más alta calidad, y preparado para afrontar cualquier reto.

Stephen te da libertad para trabajar tantas horas como quieras, por las tardes puedes recopilar gran cantidad de material didáctico, planos, plantillas, etc.Yo aproveché el tiempo al máximo, hice infinidad de fotos con las que fui elaborando un manual para la construcción de la guitarra, con 500 fotos y textos explicativos de cada paso.

Este manual ha sido clave para mi, gracias a él he podido conservar hasta día de hoy todo lo que aprendí, y actualmente lo entrego a los alumnos de mis cursos.El maestro Stephen se mostró interesado por el manual, yo con gusto lo compartí con él, y es para mi un orgullo saber que forma parte del material didáctico de sus alumnos.

También quedaba tiempo para algo de entretenimiento, pasear, tomar helados, relajarse frente al mar, nunca me cansaba de mirar al mar, las puestas de sol eran mágicas.

Que más puedo decir, fue una experiencia inolvidable, unas vacaciones de un mes trabajando a tope y disfrutando mucho, suena extraño pero es la verdad.Cuando el curso acabó empezó mi propia revolución interna, todo eran sentimientos fuertes, emociones, ilusión, miedo también.

Me tiré al vacío, transformé mi taller, me despedí de mis clientes que eran muchos, ahora iba a hacer guitarras y punto, una decisión muy arriesgada pero en mi opinión era necesario apostarlo todo, de no ser así nunca habría sabido si hice todo lo posible por vivir de mi nuevo oficio.

En 2017 gané el primer premio en el concurso de constructores de guitarra “Antonio Marín Montero” (Granada), yo asistí al concurso con una guitarra hecha con todo mi corazón, pero sinceramente no tenía ninguna esperanza de llegar a la final. La verdad es que fue mi amigo Oscar Muñoz (también alumno de Stephen) el que me convenció para ir al concurso. Ganar este premio fue la experiencia más increíble de mi vida.

Sin duda el premio me ayudó mucho a ser conocido, pero antes de ganar el concurso yo ya había vendido varias guitarras en Madrid, en “Guitarras de Luthier” y en Holanda, a ”T ́Speeltuigh”

Actualmente tengo una lista de espera de dos años; vendo mis guitarras por todo el mundo, tanto distribuidores como particulares se ponen en contacto conmigo para interesarse.

También imparto dos cursos al año de construcción, al igual que mi maestro Stephen Hill me gusta seguir transmitiendo este oficio y conocer a los alumnos que siempre son personas con una gran sensibilidad, personas especiales con las que siempre se establece una bonita amistad.